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Se crea este Portal Oficial con fines de integrar e Informar sobre la Heráldica del Colegio de Ciencias y de propagación Cultural para fines Históricos y Educativos, hacia los Archivos Internacionales. Desde este sistema innovador las familias de los ex-alumnos directos e indirectos podrán iniciar un encuentro en linea con sus similares aquí en el Sur de América PD.: Este proyecto es desarrollado al permiso de cctvradio.com y el encargado heráldico de Rubén Alberto Uriona Vásquez. - Nota: Este trabajo está registrado: PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN de la FICHA CTI VITAE del CONCYTEC de Rubén Alberto Uriona Vasquez 

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PREGUNTAS BÁSICA: ¿QUÉ ES LA HERÁLDICA?

La Heráldica es la ciencia y arte auxiliar de la Historia que estudia y fija las normas para la correcta interpretación de los blasones o escudos de armas en un sentido asequible para todos.

     Podemos definir de esta otra forma: Heráldica es la ciencia que, valiéndose de símbolos, llamados representaciones, subdivididas en piezas y figuras, sirve para componer, interpretar y diferenciar las armerías.

     Es la fiel expresión de la vida de un individuo, distintivo que se refleja en el escudo de armas; para los que le sigan genealógicamente les sirva de ejemplo. Es el principio del Linaje, la superación del mismo es la hazaña o empresa  en sí misma, que realizaban hombres de valor y arrojo extraordinarios, con peligros y fatigas, cerca de la muerte para obtener el pergamino que eternizara la gesta. Unido e inseparable, el servicio a su Patria a su Dios y a su Rey.

     La Heráldica es la historia de la Nobleza, y a su vez  –en este caso– de España durante muchos siglos.

     Son antiquísimas las referencias que se tienen respecto sobre el uso de signos distintivos en  los escudos  de  armas, pero,  eran  de  naturaleza  personal. Es en la Edad Media cuando se convierten en hereditarios, pasando de ser personales a ser distintivos de un linaje, momento en el cual nace verdaderamente, la Heráldica.

El verdadero origen de la Heráldica está en las cruzadas, en las que los caballeros lucían en su indumentaria y escudos protectores, un medio de identidad y  de individualización, que se perfecciona y cobra arraigo posteriormente en las justas y torneos. Cuando  estos  ejercicios decaen,  es el momento en que los escudos se convierten en emblemas de la Nobleza.

En aquellas justas y torneos, cuando el caballero noble se representaba en las barreras de la carrera, se tocaba dos veces el cuerno o trompeta, para que el "Heraldo" examinase el escudo y demás patentes de la nobleza del caballero en cuestión; por eso se ha dado en llamar "Ciencia del Blasón" al arte de los escudos, derivando de la voz germánica "blacen", que significa tocar el cuerno o trompeta.

     De su inicial utilidad –identificar al guerrero cubierto por armadura, así como al individuo como perteneciente a un determinado bando en la batalla– ha extendido su ámbito para abarcar la identificación de personas, corporaciones, entidades políticas y otras, encontrándose en la actualidad muy cercana a la cultura de comunicación visual (diseño de marcas, logotipos, etc...) También se ocupa la Heráldica de las banderas, en cuanto a insignias y distintivos de los ejércitos; del gonfalón (bandera, estandarte, pendón) de señores y príncipes en las batallas; del cabdal (insignias o banderas que llevaban los caudillos), marca de órdenes y ciudades, así como de estandartes, etc.

     La característica que diferencia a la Heráldica de otros tipos de simbologías que se han dado a lo largo de la Historia o en otros lugares del mundo se puede resumir en dos puntos: 1º., la asunción de un conjunto de normas rígidas para la composición de los escudos de armas, y 2º., la transmisión de las armerías a través de las generaciones como elemento identificador del linaje. Así posee sus propias normas, denominadas leyes, y a las que hacemos referencias en otros subapartados de esta web. A lo largo de la historia, estas normas se hicieron tan complicadas que ni los propios titulares podían interpretarlas correctamente, por lo que surgió la figura del llamado "Rey de Armas", especie de funcionario que se ocupaba de diseñar, interpretar y legalizar los escudos heráldicos. Esta función subsiste hoy en día. 

INTERPRETACIÓN HERÁLDICA DE LAS ARMAS DE UN BLASÓN.

La pregunta para el profano es cuándo y en qué circunstancias, se origina la unión entre apellidos y armas, mediante el escudo. Y la respuesta ha venido teniendo diversas argumentaciones, dividiéndose, los autores especialistas en el tema en dos bandos:

        Aquellos que se remontan a siglos antes de Jesucristo, sosteniendo que ya griegos y romanos hicieron uso de escudos y linajes y otros fijan el comienzo de su empleo a la época de las Cruzadas y los torneos.

        A este respecto, unos autores de reconocida garantía como los hermanos Alberto y Arturo García Carraffa, señalan en su obra Ciencia Heráldica o del Blasón: "Las armas o armerías fueron desde sus orígenes y hasta el siglo X solamente jeroglíficos, emblemas y caracteres personales y arbitrarios, pero no señales de honor o de nobleza que trascendiesen a la posterioridad y pasaran de padres a hijos. Este nuevo significado comenzaron a tomarlo las armerías en el siglo X y como consecuencia de los torneos, habiéndose regularizado su uso y perfeccionándose su método y sus reglas en los tres siglos siguientes". No obstante, como muy acertadamente observa la gran enciclopedia en su página 1136, hasta el siglo XV, con el advenimiento de los reyes de armas, jueces y heraldos, no pudo desembarazarse la heráldica de los usos y tradiciones que tendían, desde mucho tiempo atrás, a constituirla. Fue entonces cuando adquirió las reglas precisas así como un lenguaje especial que permitiera describir, con la mayor exactitud, sin el auxilio de las figuras, las armerías más complicadas. En un principio, y durante mucho tiempo, fue la heráldica un arte esencialmente práctico a los heráldicos profesionales, pero a contar del siglo XVII, y mucho más en nuestros días, la heráldica ha ido tomando cuerpo entre las ciencias auxiliares de la historia y su conocimiento viene a ser indispensable al historiador, al arqueólogo y al biógrafo.

        Blasón y Armería son términos heráldicos de igual alcance puesto que ambos responden a una misma idea y representan las insignias hereditarias compuestas de figuras y atributos determinados, concedidos por la autoridad o el príncipe en recompensa de determinado servicio y como marca o distintivo del linaje premiado. No obstante, constituiría un error suponer que todos los escudos han sido en su origen significativos y otra equivocación atribuirles a todos el carácter de una merced regia o de un premio otorgado por una autoridad soberana. La inmensa mayoría de los escudos, fueron adoptados libremente por los caballeros y sus linajes.

        Es claro que en los primeros tiempos y sin existir norma alguna que especificase el uso y significado de cada elemento, los que aplicaban a sus escudos de guerra o al blasón de sus casas, figuras u objetos lo hacían a su libre albedrío y sin razón alguna que justificase, más que de una forma personal, la situación o emblema que se adoptaba. Por ello, es, en muchos casos, imposible para el heraldista, conocer el por qué de tal o cual símbolo que figura en determinado escudo, y aún mucho menos la razón de su situación dentro del mismo, a no ser que con posterioridad, y ya con la intervención de algún Rey de armas o heraldo, se corrigiese aviniéndose a las normas por las que se rige la Heráldica.

SIGLOS X Y XI:​

La Armería tal y como la conocemos en la actualidad, aparece en Europa en la Edad Media, en su época más acusadamente feudal y posiblemente sea el directo producto del contacto entre Occidente y Oriente con el motivo fundamental de las Cruzadas a los Santos Lugares. En el siglo X, pero principalmente ya iniciado el siglo XI, es cuando hacen su aparición los primeros escudos de armas, con el concepto y el significado que hoy tenemos de la ciencia de las armerías Nacen con objeto de diferenciar a los caballeros en los combates, que al estar completamente revestidos de los metales de que se componía la armadura, era imposible el reconocimiento de ellos. Los escudos defensivos, aprovechando sus mismos refuerzos -clavos o fajas- son los que, muy posiblemente, dan la pauta para iniciar lo que serían con el tiempo las piezas Heráldicas al pintar sobre ellos diferentes colores para diferenciar rápidamente a unos guerreros de otros. La necesidad de vincular a los combatientes de un mismo bando provoca los emblemas primitivos de la Heráldica militar.del águila, lo que significa, una vez más, el origen oriental de las armerías, adoptando animales que en sus respectivos reinos naturales resultan los más fieros: agua, pues el dragón indudablemente es preciso identificarlo con el cocodrilo; tierra, como es el león, y aire, como se fija en la fiereza del águila discrepando completamente sobre el origen de todo ello con el tratadista Galbreath, quien supone el nacimiento de las armas en el origen de los cruzados, mientras que resulta más lógico suponer que algunas ya fueron empleadas anteriormente, de manera cauta en Europa, aunque indudablemente los cruzados dieron vida y difusión a esa necesidad de diferenciación, trayendo a sus escudos Hazañas por ellos realizadas con animales desconocidos en el viejo continente, mientras que, por otra parte, les servían para identificarse de manera particular a ellos y, en general, a los componentes de las huestes cristianas ateniéndose a su procedencia. 

SIGLO XII:

En los primeros escudos aparecían figuras toscamente grabadas como símbolos de quienes las empleaban, que en los principios del siglo XII eran de exclusiva posesión de los guerreros.

Parece cierto que los componentes de la primera cruzada únicamente usaban la cruz en sus escudos, y eso, para distinguirse ellos mismos, pero también parece igualmente cierto que al regresar de ella, eran ya varios caballeros los que habían añadido a aquella o habían adoptado una figura diferente en el campo de su escudo. A partir del primer tercio del siglo XII, se van introduciendo los blasones entre los nobles en Francia, Inglaterra, Alemania y España. Sin embargo, las armerías aun son de caracter personal. Aún debía transcurrir más de medio siglo para que apareciesen las primeras armerías

hereditarias, e igualmente se aprecian, en las pocas que de esa época conocemos, fundamentalmente gracias a los estudios de Galbreath, Bouly, Delesdain y de Marmoutier, pero que carecen de cualquier regla o costumbre en su transmisión. A partir de los finales de dicho siglo se van encauzando los sistemas de sucesión de las armerías, aunque estaban y quedaban sujetos al capricho de quien las debía usar, que las simplificaba o aumentaba, introduciendo en ellas elementos de acuerdo con sus gustos personales, sus aficiones o sus aspiraciones. A partir de la segunda mitad del siglo XII se comienzan a apreciar las armerías hereditarias. Fundamentalmente en Francia -quizá porque allí se han hecho más populares los estudios y se han profundizado más- es donde aparece de manera lo que resulta indudable es que la adopción de armas, en su origen, tuvo una enorme libertad. Su nacimiento y adopción, en general, eran puro capricho de quien las usaba, y así;  se vinieron manteniendo desde sus comienzos, como hemos visto, hasta bien entrado el siglo XII. Fundamentalmente, con puro y exclusivo carácter personal, de uso particular de los grandes señores, principalmente por su ejercicio de las armas. Estos blasones de origen militar se van transformando en hereditarios y familiares a partir de la primera mitad del siglo XII, y hacia finales de dicho siglo se aprecia su extensión a la totalidad del estado noble, quien, por otro lado, era efectiva y realmente quien daba el porcentaje, casi total, de infantes y caballeros para las guerras.  

En España aparece la heráldica, como tal arte o ciencia, en los albores del siglo XI. En nuestra Península, que tiene sus cruzadas en su propio territorio, la aparición de los apellidos ayuda a la formación de los escudos. Fueron éstos, en un principio, muy sencillos, haciéndose más complicados con el transcurso del tiempo, hasta llegar al máximo de la confusión en el siglo XVI. Observemos el cuadro explicativo del desarrollo de la Heráldica a través de los siglos: